Hasta ahora las Relaciones Públicas son tomadas como una simple cortesía por parte de los comunicadores, la profesión se sigue “vendiendo” como una simple fachada para quedar bien ante otras empresas. Es momento de cambiar esa perspectiva.
Muchos de nosotros, en algún momento, pensamos que las Relaciones Públicas son el simple ejercicio de vender una imagen para que el público pueda amarla y ser parte de ella. Esta idea puede parecer descabellada, pero es la realidad en muchas partes del mundo.
La práctica de las Relaciones Públicas en si, es puesta en hilo de juicio ya que cada país y continente, lo adopta a la manera que cree correcto. Hasta ahora muchos expertos en la materia han tratado de descubrir la verdadera fórmula de la práctica de las relaciones públicas. Sin embargo, concluyeron que no existe una verdadera fórmula, simplemente se debe poner en función los principales pilares de esta.
En Estados Unidos, las Relaciones Públicas son practicadas como lo que son, un nexo entre la organización y todos sus públicos, buscando un mutuo beneficio. Recordemos que en esta parte del mundo fueron concebidas por nuestro ya recordado Ivy Lee que ponía en práctica uno de los pilares de la profesión, la transparencia, con su ya conocida frase “Esta no es una oficina de prensa secreta. Todo nuestro trabajo se realiza a la luz del día.”
Así pues, Ivy Lee introdujo a muchos en la aventura de las Relaciones Públicas, porque es eso, una aventura llena de misterios, en la que los directivos o trabajadores pueden cambiar de opinión de la noche a la mañana, podemos enfrentar crisis imprevistas o quizá pasar momentos de felicidad al saber que nuestra organización va por un buen camino.
Entonces, podemos decir que para el continente americano se pone en práctica las buenas Relaciones Públicas. Pero, esto significa que en otros continentes, ¿se lleva una mala práctica? Eso sería realmente inaceptable, por ejemplo: en Europa como ya es sabido las Relaciones Públicas llegaron después de la segunda guerra Mundial, con el desembarco de las tropas norteamericanas que llevaban entre sus tripulantes a oficiales encargados de relaciones con la prensa y con otros responsables de las relaciones con la población civil llamados “oficiales de relaciones públicas”. Es así como 50 años después de la Segunda Guerra Mundial y con muchos más profesionales interesados por la profesión, se dio paso al estudio y práctica de las Relaciones Públicas.
Llegaría Antonio Noguero con su frase “Hacerlo bien, hacerlo saber” que propuso un nuevo paradigma para la profesión, abriéndole campo a más investigación y práctica de la misma. Podríamos considerar que, a diferencia del continente americano, en Europa se concibe a la profesión como más humanitaria, encargándose así de no solo velar por la buena comunicación entre la organización y los públicos, sino también por las comunidades y trabajos de Responsabilidad Social.
Sin dejar de lado, esta Latinoamérica, que no se quedó atrás, pasaron muchos años para que profesionales de las Comunicaciones y otras carreras pusieran interés en esta profesión. Ejercer Relaciones Públicas hasta ahora, en Latinoamérica, es vista como denominamos: “Llevarle la tacita de café al jefe”.
Actualmente, se sabe que la práctica de las Relaciones Públicas es variada, tanto por la cultura, costumbres, economía y política de cada país. Sin embargo, gracias a agrupaciones como ALACAURP (Asociación Latinoamericana de Carreras Universitarias de Relaciones Públicas), se organizan eventos y congresos donde se pone en discusión la práctica de la profesión.
Podríamos concluir diciendo que el ejercicio de las Relaciones Públicas en todo el mundo se encuentra en un escenario complejo. Entonces, la pregunta que debemos hacernos no es ¿Cómo son las Relaciones Públicas en el mundo? Si no, ¿A qué nos enfrentamos? y ¿Cómo podemos cambiar estas perspectivas sobre nuestra profesión?
–
Por Deyanira Arauco