Progressions

El RSI de una maestría en Relaciones Públicas en una era de incertidumbre  

Por qué la profundidad estratégica y el rigor intelectual se están volviendo innegociables a medida que  los algoritmos convierten las habilidades tácticas en habilidades basicas 

A medida que los algoritmos evolucionan más rápido que los títulos profesionales y las propias  instituciones que fomentan el pensamiento crítico están bajo asedio, el valor de la educación terciaria  en relaciones públicas nunca ha sido tan urgente ni tan malentendido. 

A nuestro alrededor, se están desmantelando departamentos de educación y la educación global esta  siendo tratada como un riesgo en lugar de una fortaleza. La gente está perdiendo la confianza en la  educación terciaria. Debemos ser claros sobre lo que está en juego. Una maestría no es solo una  credencial o una línea en el currículum. Es un acto de desafío intelectual y un compromiso con seguir  aprendiendo y evolucionando. Es una recalibración de cómo uno piensa, lidera y se conecta en un  entorno cada vez más hostil a la experiencia, los matices y las perspectivas globales. 

Como profesionales de relaciones públicas, nuestro trabajo depende de entender contextos, navegar  la complejidad y construir puentes. En la era de la IA, el valor de las relaciones públicas se ha  convertido en todavía mas importante: la aprobación de terceros y la comprensión de la opinión  pública siempre han sido nuestros superpoderes. Ahora que la búsqueda basada en IA generativa  prioriza el valor de algunas plataformas sobre otras y que la gente busca la opinión de “una persona  como yo” en lugar de las instituciones tradicionales, las relaciones públicas permiten construir valor y  conexión, lo cual podemos hacer aún más rápido con las nuevas herramientas a nuestro alcance. 

Cuando se ataca a la educación terciaria, perdemos la libertad de ir más allá de la ejecución táctica y  entrar en la influencia estratégica. Los títulos de maestría ofrecen oportunidades para calibrar y  experimentar en un entorno seguro entre colegas, aprendiender de los que tienen más experiencia y  construir redes que duran toda la vida profesional. 

Por ejemplo, en nuestra alma máter, el Department of Programs in Business de la NYU School of  Professional Studies (NYU SPS), que ofrece una maestría en Relaciones Públicas, los estudiantes egresan con una perspectiva ampliada y una experiencia de mayor profundidad. El programa conecta a  los estudiantes con mentores del mundo profesional para desarrollar planes estratégicos para sus  proyectos finales, y también trae a expertos para hablar de su oficio en eventos especiales y clases. Los  estudiantes adquieren experiencia práctica a través de prácticas profesionales y pasantías  posibilitadas por la amplia red de NYU, aprendiendo de docentes que son expertos en la disciplina y  tienen tanto credenciales académicas como prácticas en la industria. El currículo es diversificado y  responde a las necesidades del presente y del futuro, y los estudiantes tienen la oportunidad de asistir  a viajes al extranjero para acudir a grandes eventos de la industria como Cannes Creative, obteniendo  experiencia de primera mano en estos encuentros emblemáticos que dan forma a la profesión.

La verdadera magia sucede en el punto donde convergen la teoría y la experiencia. Llevar ideas del  mundo real al aula no solo profundizan aprendizaje individual, si no que eleva a todo el grupo. Ya sea  que vengas de lanzar una campaña o de navegar una crisis, tu experiencia vivida se convierte en un  caso práctico, una chispa para la discusión y un puente entre la academia y la industria. 

El posgrado es un crisol. Pone a prueba tu resiliencia, afina tu voz y te rodea de pares que te impulsan a  ser más intencional. Aprendes a equilibrar teoría con práctica, y ambición con empatía. Te vas no solo  con un diploma, sino con un sentido más profundo de quién eres y de lo que representas. 

También puede ser que conozcas a algunas de tus mejores amigas durante la maestría, como nos pasó  a nosotras. Hay algo especialmente vinculante de las sesiones de estudio nocturnas, los plazos  compartidos y la búsqueda colectiva del crecimiento. En un programa de maestría, estás rodeado de  personas tan comprometidas, curiosas y apasionadas como tú. En los mejores casos, se crea un  terreno fértil para amistades profundas y duraderas. Estos no son solo compañeros de clase; son consejeros, colaboradores y aliados. Celebran juntos los logros, desde promociones hasta ceremonias  de reconocimiento. Enfrentan adversidades codo a codo, desde el fallecimiento de padres hasta  divorcios. Organizan despedidas de soltera virtuales durante la pandemia. Publican libros y cambian de  carrera juntos. Sirven de referencia para el próximo gran puesto o se contratan entre sí. Incluso te  vuelves “tía” de sus hijos. Las relaciones que construyes en la maestría pueden ser de las más  significativas de tu carrera y de tu vida. 

Ser parte de la educación superior hoy significa más que abrazar la complejidad: significa defenderla.  Significa comprometerse con el aprendizaje permanente en un campo que exige agilidad y  autenticidad, incluso cuando los sistemas que hacen posible ese aprendizaje atraviesan grandes desafíos. No se trata de escapar del mundo real; se trata de negarse a que ese mundo se aplaste en  eslóganes y compartimentos estancos. 

Al celebrar el 20.º aniversario del programa de maestría en Public Relations and Corporate  Communications de NYU SPS, recordamos que las campañas más poderosas comienzan con claridad  de propósito. Pero la claridad no surge del aislamiento ni del retiro intelectual. Proviene del  pensamiento riguroso, de perspectivas diversas y de la polinización cruzada que solo pueden brindar  los ecosistemas educativos prósperos. 

La educación superior da esa claridad. Te da las herramientas para liderar con matices en un mundo  que cada vez más premia la simplificación. Te brinda una comunidad que te desafía a pensar en grande  y con mayor profundidad. Impulsa el avance profesional. Y en relaciones públicas, donde la  credibilidad, el contexto y la conexión lo son todo, eso no es solo valioso. Es esencial.